En un comunicado al presbiterio y al pueblo de Dios de la Diócesis de San Cristóbal, el obispo Mario Moronta Rodríguez expresó que a su debido momento será trasladada a su nuevo santuario la imagen del Santo Cristo de La Grita y que, dada su condición de talla secular, se constituirá una comisión que, por una parte, dará recomendaciones para la protección, cuidado y mantenimiento de la imagen en el nuevo santuario y, por otro lado, evaluará la necesidad de una eventual restauración.
El texto empieza recordando que la misión evangelizadora de la Iglesia centra todo su esfuerzo en el anuncio de Jesucristo salvador, y que la persona de Jesús es la razón de ser de la vida del creyente, quien no vive de manera aislada ni individualista su fe, sino en comunión de la Iglesia.
Muchos son los medios presentados por la Iglesia para profundizar en esta realidad: desde el anuncio explícito del Evangelio y la celebración de los misterios de la fe, hasta las manifestaciones de la piedad personal, escribe Moronta. “Dentro de estos medios, la religiosidad popular ocupa un puesto particular, ya que es un regalo del Espíritu Santo. También el justo, adecuado y oportuno culto a las imágenes constituye una ayuda a la devoción cristiana y a la imitación de las virtudes de quienes son representados en ellas”.
La Iglesia siempre ha reconocido la legitimidad del culto a las imágenes, ratifica el Obispo. De hecho, refiere que el Concilio de Trento afirma que constituyen un precioso alimento de la piedad cristiana. Las imágenes del Señor, de la Virgen María y de los Santos se veneran. “Los católicos no adoramos imágenes: ellas nos recuerdan la Persona de Cristo, de la Virgen María y de los Santos, para imitar sus enseñanzas y virtudes. Es claro que el culto de las imágenes, por tanto, no es absoluto, sino relativo, ya que no se le da a la imagen en sí, sino que se dirige al Santo a quien precisamente la imagen se refiere. Por eso, la Iglesia, Madre y Maestra, advierte y aclara ante las desviaciones que se puedan dar y condena los abusos que se puedan cometer”.
Imágenes con valor
En muchas de nuestras comunidades se conservan y veneran imágenes con un particular valor histórico, artístico o cultural, prosigue el pastor diocesano. La Iglesia muestra una especial atención hacia ellas y, sin descuidar dicho valor, busca desarrollar una catequesis a partir de ellas para el pueblo de Dios. “Constituyen un ícono cuyo mayor valor será siempre la realidad de gracia que representan”.
La Ley Universal de la Iglesia manifiesta su interés por dichas imágenes y prescribe que, para una eventual restauración de las mismas, se requiere la autorización del Ordinario del lugar (el Obispo), quien consultará con personas entendidas en la materia antes de darla por escrito. Así lo asumió la Diócesis de San Cristóbal en el N. 805 de sus Estatutos Sinodales. Una consulta de este tipo debe incluir, si fuera el caso, las recomendaciones sobre quién ha de hacer la restauración, el lugar para ello y los recursos para lograrlo. También debe acudir a los órganos oficiales y privados que se consideren oportunos para una acción y asesoría integral.
Luego de esta exposición inicial, el comunicado introduce que en el Táchira, junto a otras importantes devociones, desde hace más de 400 años se venera la imagen del Santo Cristo de los Milagros en La Grita, y destaca que se ha convertido en el ícono que atrae multitudes de peregrinos de todo el país y de más allá de las fronteras patrias.
Hacer la tierra fecunda
Los diversos mensajes, dados con motivo de la fiesta y de la devoción al Santo Cristo, invitan a todos a no quedarse en los actos externos de culto y piedad, alecciona Moronta. “Antes bien, se dirigen a motivar un compromiso eclesial y cristiano: a la conversión personal y a la reafirmación de la vocación de ser ejemplos de vida cristiana a través del testimonio de cada creyente”. Continúa el prelado alentando que los brazos abiertos de la imagen del Cristo amoroso nos hablan de la misericordia y del perdón de Dios; y que, a la vez, nos alientan a imitarlo siendo hombres y mujeres con un corazón dispuesto a perdonar, reconciliar y edificar el reino de Dios, de justicia, paz y amor.
-Con el mensaje brindado por el Santo Cristo, evangelio de siglos para cada uno de nosotros, podemos y debemos tomar conciencia de la tarea de hacer de La Grita y del Táchira una tierra fecunda en obras del Espíritu, donde hacemos brillar la luz del Redentor, la cual ilumina las sendas de la salvación que hemos de recorrer-, escribe monseñor.
“Con esa luz, además de los pecados individuales y personales, podremos desterrar las tinieblas del pecado social que tantas formas calamitosas presenta con sus nefastas consecuencias: entre ellas el aborto, el narcotráfico, el lavado de dinero, el individualismo, el mercantilismo, la usura, el contrabando, la descalificación de las personas, el menosprecio de la dignidad humana, el chisme, el tráfico de personas, la delincuencia, el soborno, el relativismo, la violencia…”.
Para una mejor atención a los peregrinos y fieles devotos, se ha construido un hermoso santuario, prosigue Moronta. “Además de un adecuado asesoramiento y consultas hechas en diversos momentos sin excluir a nadie, se tomaron en cuenta los criterios propuestos por la Ley Universal y las enseñanzas de la Iglesia”. Anunció que junto a sus instalaciones ya ha comenzado a funcionar la Casa de Formación San Juan Pablo II del Seminario Diocesano.
Luego aclara: “El santuario no se limitará a acoger a peregrinos y fieles devotos sólo durante los días de la festividad del Santo Cristo; antes bien, en todo momento, junto a encuentros y jornadas de oración, retiros y reflexión, ya se está elaborando un cronograma especial para que cada parroquia de nuestra Diócesis asista en forma de peregrinación en la fecha que le corresponda”.
Constituirán comisión
“A su debido momento será trasladada la venerable imagen del Santo Cristo de los Milagros de La Grita a su nuevo santuario”, anuncia el Obispo en el comunicado. “Pero, dada su condición de talla secular, es preciso conocer de primera mano y de parte de serios especialistas tanto la realidad de su estado actual, así como la necesidad de alguna intervención para una eventual restauración”. Continúa explicando que este trabajo debe ser realizado por especialistas calificados, quienes además darán las recomendaciones para su protección, cuidado y mantenimiento de la imagen en el nuevo santuario.
De acuerdo con lo establecido en el canon 1.189 del Derecho Canónico, el Obispo Diocesano, luego de oír al Colegio de Consultores de la Diócesis, constituirá una comisión que brinde sus orientaciones, tome contacto con aquellas instituciones públicas y privadas que puedan dar sus opiniones de carácter científico y asumir, si fuera necesario, la realización y vigilancia de una eventual restauración. “Si ésta hubiera de realizarse, se hará en la misma ciudad de La Grita, bajo la supervisión del Obispo y de la Comisión a designarse”, deja claro.
Al cierre del escrito, monseñor Moronta pide que, con el fin de apoyar esta tarea, se requiere también la oración, con la que se implorará a Dios las luces necesarias para quienes tendrán la delicada misión a encomendárseles. “Ello conlleva, a la vez, pedirle a Dios nos siga concediendo su gracia para poder seguir siendo cristianos capaces de contagiar, desde La Grita y el Táchira, la fuerza del Evangelio y así permitir vivir el amor que todo lo puede”.
“Así, con decidido ánimo apostólico dejaremos de lado cualquier actitud negativa y maledicencia, toda acción destructiva de la concordia y la comunión, para hacerle sentir a todos en Venezuela y en el mundo, que los cristianos del Táchira somos imitadores de Cristo: ponemos en práctica su Palabra y hacemos del amor la carta de identidad como discípulos suyos”.